Como fin de curso, hemos organizado para este 22 de junio una excursión para
poder disfrutarlo, como una gran familia, miembros de los Cuatro Pilares que nos
hemos animado a venir.

Nos acercamos a Oñate, la villa más monumental de Gipuzkoa y una de las
localidades más bellas de Euskadi. Paseamos por su excepcional casco histórico,
jalonado por notables edificios, palacios e iglesias de gran valor arquitectónico
Visitamos la Iglesia de San Miguel, que guarda en su interior un retablo renacentista, el
de la Piedad, y tiene adosado un curioso claustro por cuyo patio interior pasa el río.

Somos testigos de cómo se está preparando el pueblo para la celebración de
Corpus Christi, que se celebrará al día siguiente. Desde hace casi cinco siglos, en 1541,
se tiene constancia de la procesión del Corpus Christi recorriendo las calles de la
localidad guipuzcoana con un espectáculo que mezcla tradición, folclore, religiosidad y
danza. En Oñate, el Corpus Christi adquiere tintes diferenciados al tener como grandes
protagonistas de la procesión a los dantzaris, bailarines que amenizan la jornada
ejecutando danzas a lo largo del desfile, y los apóstoles y San Miguel, figuras vivientes
de gran calidad representadas año tras año por vecinos de Oñate. El día de la
procesión, que por adaptación al calendario laboral se ha pasado al domingo siguiente
al jueves de Corpus Christi, comienza con el toque de diana que txistularis y la Banda
de Música lleva a cabo como llamada a la población a misa. A las diez de la mañana los
santos, desde sus distintas ermitas, llegan a la parroquia y son recibidos por
los dantzaris, quienes posteriormente irán en busca de San Miguel y lo acompañarán
hasta la iglesia.
El ambiente de festividad se hace evidente mientras recorremos la Plaza de
Fueros, presidida por el Ayuntamiento, para acercarnos a disfrutar de los Jardines del
Palacio de Lazarraga.

Finalizada la visita al pueblo de Oñate, cogemos nuevamente el autobús y nos
acercamos a otro punto de interés.

Así llegamos, tras un breve recorrido por carretera con increíbles vistas, a la Cueva
de Arrikrutz, en el corazón de la cordillera de Aizkorri. Esta cueva, esculpida por el
agua, escaparate del paisaje cárstico de Euskadi, ha sido pionera en la investigación
espeleológica y es especial por sus descubrimientos paleontológicos.

Una vez abrigados, nos adentramos en su interior. Y gracias a las explicaciones e
indicaciones de la guía, realizamos una estupenda visita por la cueva, disfrutando de
todo su encanto.
Nuevamente montamos en el autobús para subir hasta el Santuario de Arantzazu.
El nombre del santuario, del lugar y de la Virgen está relacionado con la leyenda de su
aparición. En sí, la palabra Arantzazu se compone de «arantza» que se traduce como
«espino» y el sufijo «zu» que indica «abundancia» por lo que viene a significar
«abundancia de espinos» y hace referencia a la existencia de abundantes arbustos
espinosos en el lugar. Se sitúa a escasos 10km de la villa de Oñate a los pies de las
campas de Urbia, en medio de barrancos, montes rocosos y pequeños ríos que se
pierden en el fondo del valle bajo el edificio del santuario.
Tras una estupenda y tranquila comida en el restaurante del “Hotel Santuario
de Aranzazu”, situado justo al lado de la Basílica, pasamos a visitarla. Nos sentamos
frente al altar, donde se encuentra el ábside en cuya parte inferior está la pequeña
imagen de la Virgen. El lugar invita al recogimiento. En el Interior de la basílica, al igual
que su iluminación y visibilidad, la sonoridad es excepcional, y de repente, desde su
espontaneidad, nuestra compañera Sor Asun Inza comienza a cantar el “Himno de
Aranzazu”. Sin proponérselo, con este acto tan sencillo, se crea un breve pero emotivo y especial momento.

Todos los allí presentes, tanto compañeros de viajes
como turistas casuales que se encontraban dentro, pudimos disfrutar de este regalo.

Y volvemos a montarnos en el autobús para acercarnos a Vitoria-Gasteiz, donde
callejeamos por su Casco Viejo antes de enfrentarnos gustosamente al chocolate con
churros que nos espera como colofón de este inolvidable día.

Durante el viaje de vuelta, una compañera, miembro del Pilar del Voluntariado,
nos ameniza el regreso recitándonos sus magníficos poemas. Y si bien es cierto que
volvemos con la tripa llena….más lleno y colmado traemos el alma.
Eskerrik asko a todos por crear y hacer posible momentos como los vividos
hoy!!!
Grupo de prensa
(Residencia Calzada)